The Moody Blues - “Lost in a Lost World” - “For My Lady”




     

The Moody Blues – El viaje cósmico de Seventh Sojourn (1972)

Cuando The Moody Blues publicaron “Seventh Sojourn” en noviembre de 1972, cerraron sin saberlo la etapa más brillante de su historia: la secuencia dorada que comenzó en 1967 con Days of Future Passed. El disco, grabado en los Decca Studios de Tollington Park bajo la producción del inseparable Tony Clarke (el “sexto Moody”), alcanzó el número 1 en Estados Unidos y el 5 en Reino Unido, convirtiéndose en su álbum más exitoso en América.

Musicalmente, es el momento en que el Mellotron alcanza su máxima expresión: Justin Hayward y Mike Pinder lo despliegan como nunca, levantando paisajes sonoros que parecen moverse entre la tierra, la niebla y el cosmos. Pero, a diferencia de trabajos anteriores, Seventh Sojourn es un álbum más introspectivo, más oscuro y más cansado. Tras cinco años de giras y grabaciones sin descanso, la banda estaba exhausta, y ese agotamiento espiritual se filtra en cada rincón del disco.

Aunque no fue concebido como un álbum conceptual, Seventh Sojourn mantiene una coherencia temática: desilusión, búsqueda espiritual, crítica social y deseo de paz interior. El resultado es una colección de canciones más íntimas y sombrías, con arreglos densos y una producción poderosa, pero a la vez profundamente humana.

Podriamos destacar como mejor canción la maravillosa “I’m Just a Singer (in a Rock and Roll Band)”, un grito de Hayward que resume la paradoja de ser profetas pop en una industria que los devora . Ademas de este tema hoy destacamos especialmente “Lost in a Lost World” y “For My Lady”, dos composiciones que muestran la diversidad emocional del grupo y la maestría de sus autores.


Dos joyas ocultas que merecen más amor

“Lost in a Lost World” (Mike Pinder)

Primera pista del disco y probablemente una de las canciones más densas, sombrías y proféticas de la banda.

  • Su letra describe un planeta roto: niños que “nacen en un mundo perdido”, líderes manipuladores y una humanidad que se ha desconectado de la naturaleza.

  • El Mellotron de Pinder genera una atmósfera de niebla cósmica, mientras la flauta de Ray Thomas aporta un aura druídica y ancestral.

  • En directo, especialmente en la gira del 72-73, la expandían hasta los 8 o 10 minutos, convirtiéndola en un lamento psicodélico monumental.

Fragmento clave:
“We are lost in a lost world / Living in a garden of Eden that’s been burned”

50 años después, suena inquietantemente actual.

             


“For My Lady” (Ray Thomas)

El gran momento creativo de Ray Thomas en el álbum y una de las baladas más queridas por los fans.

  • Una pieza con espíritu de balada marinera, llena de sal, madera y nostalgia: acordeón, guitarra acústica y la voz cálida y ligeramente ronca de Thomas.

  • Suena como si The Moody Blues se hubieran sumergido en un folk celta con su habitual grandeza orquestal.

  • La letra es una declaración de amor sencilla pero épica: un marinero que cruza mares “for my lady, to carry her home”.

  • En vivo solían enlazarla con “The Dream”, creando un momento casi ritual, íntimo y mágico.

Tras Seventh Sojourn, el grupo anunció una pausa indefinida. Todos estaban quemados:

  • Hayward y Lodge grabaron el proyecto Blue Jays.

  • Pinder se mudó a California y se volvió aún más introspectivo y místico.

  • Graeme Edge publicó poesía.

No volverían a grabar juntos hasta 1978, ya sin Pinder y con los sintetizadores sustituyendo al Mellotron. Por todo esto, Seventh Sojourn suena a despedida sin aviso: es el último aliento del Moody Blues clásico, cinco músicos en su cima creativa mirando al vacío y preguntándose si todo aquello aún tenía sentido.

Si solo conoces “Nights in White Satin” o “Tuesday Afternoon”, ponte auriculares y sumérgete en estas dos canciones. Te van a transportar directamente a 1972: incienso, posters psicodélicos, y esa sensación tan de la época de que el mundo estaba terminando… y, al mismo tiempo, comenzando de nuevo.


  

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