“Supertramp y el eco eterno de The Logical Song”

 

 


           


“Supertramp y el eco eterno de The Logical Song

Dentro de los grandes himnos del rock-pop de finales de los 70, hay canciones que nunca envejecen y que siguen hablándonos con la misma claridad que el primer día. Una de ellas es “The Logical Song” de Supertramp, incluida en el mítico álbum Breakfast in America (1979).

Escrita principalmente por Roger Hodgson, su letra nace de una experiencia muy personal: Hodgson pasó diez años internado en un colegio y de ahí surgieron muchas de las reflexiones que acabarían plasmadas en esta canción. Fue trabajando durante meses, incluso en pruebas de sonido, hasta dar con la letra y los arreglos definitivos que más tarde presentó a la banda. El resultado fue tan potente que, en 1980, la canción ganó el Premio Ivor Novello a la mejor composición tanto musical como lírica, otorgado por la Academia Británica de Compositores y Autores.

En ese proceso creativo, Hodgson atravesaba una especie de crisis existencial, confesando que “tenía muchas preguntas en mi cabeza”. Según él mismo explicó, “Logical Song es una respuesta a todas esas preguntas sobre quién era yo”. Y es esa búsqueda interior la que convirtió a la canción en un himno universal.

Lo que hace especial a The Logical Song no es solo su sonido fresco, marcado por el piano eléctrico Wurlitzer, el saxofón y los sintetizadores, sino la profundidad de su mensaje. Hodgson lo explica con claridad:

“Durante la infancia, nos enseñan todas estas maneras de ser y, sin embargo, rara vez nos dicen algo sobre nuestro verdadero yo. Pasamos de la inocencia y el asombro de la infancia a la confusión de la adolescencia, que a menudo desemboca en el cinismo y la desilusión de la adultez. En The Logical Song, la pregunta candente fue ‘por favor, dime quién soy’, y de eso trata básicamente la canción.”

Un detalle curioso y poco conocido tiene que ver con el famoso sonido del minuto 3:23. Durante las extensas jornadas de grabación, Rick Davies pasaba muchas horas jugando con la consola Classic Football, lanzada por Mattel en 1977, una especie de simulador portátil de fútbol americano. El aparato emitía un timbre electrónico cada vez que se anotaba un gol, y, según contaba Roger, Rick estaba obsesionado con la máquina al punto de jugar horas y horas. Ese timbre era el único sonido que todos escuchaban constantemente en el estudio, por lo que, medio en broma, decidieron samplearlo y colocarlo en la mezcla final. De ahí que, pese a lo que muchos creíamos, no era un teléfono, sino el pitido de aquel rudimentario videojuego.

“The Logical Song” es, en definitiva, un espejo en el que todos nos hemos mirado alguna vez, un recordatorio de lo fácil que es perder la esencia en un mundo que nos quiere “lógicos” y “respetables”, cuando en el fondo lo que buscamos es algo mucho más simple: saber quiénes somos.

Más de cuatro décadas después, su mensaje sigue siendo rabiosamente actual. En pleno 2025, seguimos enfrentándonos a las mismas preguntas que inspiraron a Hodgson: ¿qué nos hace auténticos?, ¿qué queda de aquel niño curioso que alguna vez fuimos?, ¿cuánto de lo que somos responde a lo que otros nos dicen que debemos ser? Quizás por eso la canción nunca ha perdido vigencia: porque todos, tarde o temprano, volvemos a pedirle al mundo, casi como un ruego: “por favor, dime quién soy”.



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