Paul Weller y su conmovedora versión de "Black Is the Colour"Paul Weller, el icónico músico británico nacido el 25 de mayo de 1958 en Woking, Inglaterra, es una figura legendaria en la historia del rock y el pop. Conocido como el "Modfather", Weller saltó a la fama como líder de The Jam (1976-1982), una banda punk-mod que capturó la energía juvenil de la clase trabajadora británica con himnos como "Going Underground" y "Town Called Malice". Tras la disolución de The Jam, formó The Style Council (1983-1989), explorando sonidos soul, jazz y pop sofisticado en álbumes como Café Bleu. Desde 1991, su carrera en solitario ha sido un viaje ecléctico, fusionando rock, folk y elementos electrónicos, con más de 17 álbumes de estudio hasta la fecha, incluyendo el reciente 66 lanzado en 2024, que celebra su cumpleaños número 66. Weller no solo es un prolífico compositor y guitarrista, sino un ícono cultural en el Reino Unido, influyendo en generaciones con su compromiso social y su rechazo al establishment.En 2004, Weller sorprendió a fans y críticos con Studio 150, su décimo álbum en solitario y un giro audaz hacia las versiones de canciones ajenas. Este disco, producido por él mismo junto a Jan Kybert, es un homenaje a sus influencias, cubriendo temas de artistas tan diversos como The Beatles, The Kinks y Bob Dylan. Aquí, Weller se aleja de su faceta rockera para abrazar un enfoque más introspectivo y acústico, revelando su amor por el folk y la tradición musical. Entre las joyas de este álbum destaca "Black Is the Colour", una versión magistral de un clásico del folk tradicional que transforma una balada centenaria en una pieza íntima y soulful, impregnada del sello personal de Weller.Orígenes de la canción: Un himno folk eterno"Black Is the Colour" (o "Black Is the Color of My True Love's Hair", como se conoce en algunas variantes) es una canción folk tradicional de raíces escocesas e irlandesas, aunque su primera grabación documentada data de 1915 en las montañas Apalaches de Estados Unidos, adaptada por el coleccionista de folklore John Jacob Niles en 1941. La melodía evoca el lamento de un amor no correspondido o separado por la distancia, con imágenes poéticas de la naturaleza y el anhelo. Ha sido interpretada por leyendas como Pete Seeger (quien la popularizó en los años 50), Nina Simone (en una versión jazzística cargada de emoción en los 60) y Cherokee (una banda folk de los 70). Su simplicidad lírica —centrado en el color negro del cabello de la amada, sus labios como rosas y manos gentiles— la convierte en un lienzo perfecto para reinterpretaciones, explorando temas de devoción, melancolía y añoranza.La versión de Weller: Una reinterpretación soul y minimalistaEn Studio 150, Weller toma esta balada y la envuelve en una producción etérea y minimalista, con arreglos que priorizan la voz ronca y emotiva del cantante sobre capas de guitarra acústica, cuerdas sutiles y un toque de percusión suave. Grabada en los estudios de Weller en Surrey, la canción dura poco más de cuatro minutos y se siente como una confesión susurrada al atardecer. Su voz, madura y quebrada por los años, añade una capa de vulnerabilidad que contrasta con la energía punk de sus inicios, recordándonos que Weller siempre ha sido un maestro en equilibrar lo crudo con lo refinado.Las letras, fieles al original, resuenan con una universalidad atemporal:
Black is the color of my true love's hair
Her lips are like some roses fair
She has the sweetest smile and the gentlest hands
And I love the ground whereon she stands I love my love and well she knows
I love the ground whereon she goes
I wish the day it soon would come
When she and I could be as one I go to the Clyde, and I mourn and weep
For satisfied I never can be
I'll write her a letter, just a few short lines
And I owe death a thousand times
La referencia al río Clyde (un guiño escocés) enfatiza el tono de luto y separación, mientras que el estribillo repetitivo crea un hipnótico ciclo de deseo insatisfecho. Weller no altera mucho la estructura, pero su interpretación —con pausas dramáticas y un fade-out instrumental— infunde un matiz soul que evoca a Van Morrison o Nick Drake, dos de sus influencias confesadas.Recepción y legado: Un diamante en la corona de Studio 150Studio 150 debutó en el número 2 de las listas británicas y vendió más de 300.000 copias en su primera semana, consolidando a Weller como un artista versátil capaz de reinventarse. "Black Is the Colour" no fue un single principal (ese honor recayó en covers como "Close to You" de The Carpenters), pero se convirtió en una favorita de los fans por su pureza emocional. Críticos como los de The Guardian elogiaron cómo Weller "respira nueva vida en el folk tradicional, convirtiéndolo en algo personal y contemporáneo". En vivo, la canción ha sido un staple en sus giras, a menudo tocada en versiones acústicas que resaltan su intimidad.Esta versión inspiró covers posteriores, como la de Meshell Ndegeocello en 2005, y subraya el rol de Weller como puente entre el punk de los 70 y el indie folk actual. En un mundo de música efímera, "Black Is the Colour" recuerda por qué Weller perdura: su habilidad para tomar lo antiguo y hacerlo eterno, con un corazón latiendo debajo de cada nota.Her lips are like some roses fair
She has the sweetest smile and the gentlest hands
And I love the ground whereon she stands I love my love and well she knows
I love the ground whereon she goes
I wish the day it soon would come
When she and I could be as one I go to the Clyde, and I mourn and weep
For satisfied I never can be
I'll write her a letter, just a few short lines
And I owe death a thousand times
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