Mostly Autumn: Graveyard Star – Un Viaje Emotivo a Través de la Oscuridad Pandémica







           


Mostly Autumn: Graveyard Star – Un Viaje Emotivo a Través de la Oscuridad Pandémica

Mostly Autumn es uno de esos grupos de rock progresivo poco conocidos pero que poseen una calidad innegable. Formada en 1995 en York por el guitarrista y visionario Bryan Josh, la banda surgió de raíces humildes: ensayos locales interpretando covers de Pink Floyd, esa influencia floydiana que se convertiría en un sello distintivo de su sonido.

Con más de dos décadas de carrera, Mostly Autumn ha navegado por cambios de formación, pérdidas trágicas –como la del guitarrista rítmico Liam Davison– y una discografía prolífica que fusiona prog rock, folk celta y melodías etéreas. Su evolución ha sido marcada por la estabilidad creativa de Bryan Josh, quien ha sido el único miembro constante, y por la voz angelical de su esposa, Olivia Sparnenn-Josh, quien asumió el rol principal en 2010 tras la salida de la carismática Heather Findlay. Juntos, han forjado un estilo que evoca paisajes melancólicos, con toques de Jethro Tull en las flautas de Angela Gordon y teclados evocadores de Iain Jennings.

El grupo ha entregado 14 álbumes de estudio hasta la fecha, con picos creativos como The Ghost Moon Orchestra (2012) y White Rainbow (2019), este último considerado por muchos como su obra maestra. Pero en septiembre de 2021, en pleno resplandor post-pandémico, Mostly Autumn lanzó Graveyard Star, un disco que no solo consolida su legado, sino que se erige como un documento vivo de la era COVID-19. Grabado en tiempo real durante los confinamientos de 2020 y 2021, el álbum es, en palabras de Bryan Josh, "una documentación en tiempo real de vivir a través de 2020/21 y una fuerte reflexión de cómo nos sentíamos mientras pasaba este tiempo".

Es personal, introspectivo y universal: un reflejo de la soledad, el miedo y la resiliencia que todos compartimos en esos días de "nubes plomizas" y "campanas de la plaga".


El Álbum: Una Sinfonía de Sombras y Esperanza

Graveyard Star es un doble CD de 75 minutos que se despliega como un tapiz conceptual suelto, donde cada pista explora etapas emocionales de la pandemia: el aislamiento inicial, la fatiga acumulada y el anhelo de reconexión. Con una alineación sólida –Bryan y Olivia al frente, Chris Johnson en guitarras, Iain Jennings en teclados, Angela Gordon en flautas y percusión, Andy Smith en bajo y el baterista Henry Rogers–, la banda mantiene su fórmula ganadora: producción suave y atmosférica, guitarras elegantes que recuerdan a David Gilmour, y un equilibrio perfecto entre lo acústico y lo épico.

No es un disco revolucionario en estructura –sigue el molde prog-folk de la banda–, pero su madurez lírica y emocional lo eleva por encima de muchos predecesores.

El disco abre con la homónima "Graveyard Star", un épico de 12 minutos que establece el tono sombrío. Comienza con teclados etéreos de Jennings y voces íntimas de Bryan y Olivia, como un lamento susurrado en la niebla. La flauta de Gordon y violines invitados emergen gradualmente, construyendo hacia un clímax de guitarras eléctricas y percusión que evoca tormentas inminentes.

Las letras, cargadas de simbolismo, hablan de una "estrella de cementerio" –una luz fugaz en la oscuridad eterna– que representa la fragilidad de la esperanza: "Sé que parece duro / Estos tiempos se desvanecerán como una estrella de cementerio".

Es un arranque poderoso, aunque algunos críticos notan que su estructura inicial se siente algo "cosida" en las primeras escuchas, revelando su profundidad con repeticiones.


La Canción "Graveyard Star": Un Faro en la Noche

Si el álbum es un diario colectivo, la canción titular es su alma. Este tema inicial no solo da nombre al disco, sino que encapsula su esencia poética. Con casi 12 minutos de duración, es un viaje sonoro que comienza en la quietud –teclados flotantes y voces entrelazadas de Bryan y Olivia, como un dúo en una capilla abandonada– y asciende a un crescendo orquestal.

La flauta celta de Angela Gordon añade un toque mítico, mientras las cuerdas y la batería de Henry Rogers construyen tensión, liberada en el solo de guitarra de Bryan: elegante, floydiano, desgarrador.

Líricamente, es un lamento por la pérdida y la impermanencia. Olivia lidera con líneas que resuenan como un mantra pandémico: "Aquí está el mundo que conocías / Aquí está donde estás ahora / Hazlo hogar en tu hora más oscura / Y quizás salve tu alma".

El "graveyard star" –esa estrella que se apaga en un cementerio cósmico– simboliza momentos efímeros de luz en la adversidad, un eco de la fragilidad humana ante lo inevitable. Escrita en los primeros días del confinamiento, la pista es "tremenda y emocional", según Progressive Rock Central, con vocals de Olivia descritas como "históricas".

No es solo una canción; es una plegaria folklorica, llena de sonidos celtas cuerdas y guitarras que pintan un paisaje de nubes plomizas y campanas lejanas.


Legado y Resonancia en 2025

Cuatro años después de su lanzamiento, Graveyard Star sigue vigente como un relicto emocional de la pandemia, un puente entre el aislamiento y la sanación. Mostly Autumn, fiel a su ethos "cottage industry", lo editó independientemente vía Mostly Autumn Records, fomentando una comunidad devota que valora su autenticidad sobre el estrellato masivo.

En un mundo post-COVID, este disco nos recuerda que el rock progresivo no solo entretiene, sino que sana: un otoño eterno de sombras y estrellas fugaces.

Si eres nuevo en la banda, empieza aquí; si eres fan, es otro capítulo indispensable. Como dice la letra: "Estos tiempos se desvanecerán". Pero la música de Mostly Autumn perdura.



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