Van Morrison – Remembering Now (2025) - “Stretching Out”

          


Van Morrison – Remembering Now (2025)

El alma que envejece con Arte

La música de Van Morrison siempre me ha recordado a un trago de viejo whisky irlandés: cálido, profundo, un poco áspero al principio, pero que, al dejarlo reposar, revela una dulzura que solo los años saben destilar. Hay artistas que se repiten, otros que se pierden… y luego está Van, que parece dialogar con el tiempo, moldearlo a su manera. Cuanto más pasan los años, mejor suena. Cuanto más vive, más nos enseña a escuchar.

Su nuevo disco, Remembering Now, es precisamente eso: una bebida espirituosa para el alma. Un trago lento que abriga por dentro y deja un brillo en la mirada. Morrison, a sus 79 años, parece haber encontrado un refugio en la introspección, un rincón luminoso donde la música se convierte en una plegaria sencilla: recordar, pero sin nostalgia; vivir, pero sin prisa.


En este trabajo hay un Van más sabio, más reconciliado, que canta desde la serenidad. No busca impresionar ni convencer. Cada canción fluye como una conversación con su pasado, con esa voz que el tiempo ha vuelto más rugosa, pero también más verdadera. Suena a alma vivida, a caminos recorridos, a días de lluvia y luz dorada en la tarde.

Remembering Now: El Renacer Espiritual de Van Morrison en su Cuadragésimo Séptimo Álbum

En el largo y sinuoso camino de Van Morrison, un músico que ha hecho del misterio su patria y de la introspección su credo, Remembering Now (2025) surge como un faro de redención creativa. Lanzado el 13 de junio de 2025 por Exile Productions y Virgin Records, este disco marca el regreso triunfal del “Cowboy de Belfast” a la composición original tras una etapa de homenajes y reinterpretaciones como Moving On Skiffle (2022) y Accentuate the Positive (2022).

Con 14 pistas y 68 minutos de pura introspección, Remembering Now no es solo un álbum: es una confesión, una meditación y una celebración de lo vivido. Morrison reflexiona sobre el pasado no como carga, sino como raíz de un presente expansivo, un “ahora” que se abre hacia la eternidad. La crítica lo ha recibido como un regreso a su forma más inspirada: Mojo lo considera su mejor trabajo desde Hymns to the Silence (1991), elogiando su alquimia de soul, jazz, blues, folk y country orquestal que recuerda a Astral Weeks (1968) y Moondance (1970), pero con la sabiduría de quien ha sobrevivido a pandemias, polémicas y al peso de su propia leyenda.

De la Oscuridad a la Luz del Presente

El álbum nace de un periodo de sombras y reconciliación. Tras los años turbulentos de la pandemia —en los que Morrison se mostró abiertamente crítico—, este trabajo suena como una búsqueda de paz interior. El primer sencillo, “Down to Joy”, ya anticipa el tono espiritual del disco: un canto a la alegría, con arreglos de big band y cuerdas firmados por el legendario Fiachra Trench, colaborador de Avalon Sunset (1989). Le sigue “Cutting Corners”, una confesión íntima sobre los errores y atajos tomados en el camino.

El álbum se abre paso entre recuerdos y epifanías: “Stomping Ground” evoca los ecos de su Belfast natal, “Back to Writing Love Songs” es un regreso a la ternura romántica, y “When the Rains Came” se erige como un himno contemplativo sobre la resiliencia. Todo ello interpretado por su banda de confianza, con la calidez del órgano Hammond de Richard Dunn y la guitarra de Dave Keary, que envuelven la voz aún ronca y profética de Morrison.

“Stretching Out”: El Cierre Místico

El punto culminante llega con “Stretching Out”, una joya de casi nueve minutos que cierra el disco con un aire de eternidad. Es un viaje interior, un lento despertar bajo un sol irlandés, donde Morrison se estira —física y espiritualmente— hacia lo infinito. La canción entrelaza referencias a toda su obra: ecos de Ancient Highway (Days Like This, 1995), No Guru, No Method, No Teacher (1986) y Wavelength (1978) resuenan en sus versos, componiendo un mosaico autobiográfico.

Musicalmente, las cuerdas de Trench se abren como alas, el órgano palpita como un corazón antiguo, y la percusión de Colin Griffin late suavemente, invitando a la contemplación. “Stretching Out” es una despedida sin despedirse: una invitación a respirar, a vivir el instante, a dejar que el alma se dilate.

Remembering Now es el eco de toda una vida: de la magia de Astral Weeks, la ternura de Moondance y la reflexión madura de Hymns to the Silence. Pero no es un regreso, sino una continuación. Morrison no mira atrás, sino hacia dentro, como si en su mirada hubiera encontrado por fin un espejo en calma.

Escucharlo es como detenerse a mitad del camino, alzar la vista y notar el viento en el rostro. Hay algo profundamente humano en este álbum, algo que nos recuerda que el arte —cuando nace del alma— no envejece, sino que se afina.

Van Morrison nos invita una vez más a respirar despacio, a saborear el instante. Y mientras su voz se eleva sobre los acordes de Remembering Now, uno no puede evitar pensar que sí, que hay músicas que envejecen como el buen whisky: se vuelven más hondas, más sinceras, más nuestras.

Recordar para Vivir el Ahora

En Remembering Now, Morrison convierte el pasado en una herramienta de iluminación. No hay nostalgia vacía, sino una aceptación serena del tiempo. Cada tema es una conversación con su historia, una forma de reconciliar al hombre con el mito. Es su manera de decirnos que recordar no significa quedarse atrás, sino mirar hacia dentro para seguir avanzando.

Este álbum, recibido con entusiasmo por crítica y público, ha sido comparado con sus clásicos por su profundidad y elegancia. En un mundo de prisas y ruido, Van Morrison ofrece un refugio sonoro donde la sabiduría se expresa con voz ronca y alma clara.

Si este disco fuera un trago, sería ese whisky añejo que se bebe despacio, con respeto, sabiendo que cada sorbo encierra una vida entera. Con Remembering Now, Van Morrison no solo recuerda: nos enseña a hacerlo. Y mientras su voz se “estira” hacia el infinito, nosotros, oyentes agradecidos, estiramos el alma junto a él.




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