Morning Has Broken: la luz de un nuevo día
En aquellos años de 1971-72 hubo una canción que se quedó grabada en mi mente como pocas veces me había ocurrido. La tarareaba sin descanso, me acompañaba a todas horas y se convirtió en una especie de banda sonora personal. Esa canción era “Morning Has Broken” de Cat Stevens. Su melodía sencilla pero mágica, unida a la voz cálida y envolvente del cantautor británico, logró atraparme desde el primer instante. Aún hoy, cada vez que la escucho, sigue iluminando el espíritu como si fuera la primera vez.
Lo curioso es que la canción no nació con Cat Stevens. Sus orígenes se remontan a 1931, cuando la escritora inglesa Eleanor Farjeon adaptó una antigua melodía gaélica tradicional, llamada “Bunessan”, para un himno cristiano. Su letra era una celebración del amanecer y de la belleza de la creación, un canto sencillo y esperanzador que terminaría viajando a través del tiempo hasta llegar al universo del folk-pop de los años setenta.
La versión de Stevens alcanzó fama mundial gracias al brillante arreglo de piano de Rick Wakeman, cuya participación resultó decisiva para darle a la canción esa atmósfera tan especial. Curiosamente, el himno original apenas duraba 45 segundos en su forma básica, lo que llevó al productor Paul Samwell-Smith a advertir a Stevens que así no podría incluirse en un álbum. Era necesario extenderlo a unos tres minutos.
Fue entonces cuando Stevens pidió a Wakeman inspiración en un tema que este estaba trabajando para su disco en solitario, el que más tarde se conocería como The Six Wives of Henry VIII. Tras algunas dudas, Wakeman terminó adaptando ideas de lo que sería su pieza “Catherine Howard” para la introducción, el cierre y la parte central de Morning Has Broken. Esa decisión marcaría la diferencia y el resultado no pudo ser más exitoso: el sencillo alcanzó el número 9 en las listas del Reino Unido y el número 6 en el Billboard Hot 100 de los Estados Unidos en 1972, convirtiéndose en el mayor éxito de Stevens en ese país.
La canción formó parte del álbum Teaser and the Firecat (1971), uno de los discos más recordados de Cat Stevens, que también incluye clásicos como Peace Train y Moonshadow. Fue en ese contexto donde Morning Has Broken brilló con luz propia, consolidando al cantautor como una de las grandes voces de la época.
La historia no termina ahí. Años más tarde, Rick Wakeman reconoció que su participación en la canción apenas le fue pagada con 10 libras y que, para colmo, ni siquiera apareció acreditado en los discos originales. En 2002, Cat Stevens se disculpó personalmente con él, y la discográfica pagó la deuda pendiente. Wakeman, en un gesto noble, decidió donar ese dinero a una de las escuelas fundadas por Stevens.
El tiempo demostró la grandeza de esta colaboración: en el año 2000, Wakeman lanzó una versión instrumental de Morning Has Broken, y en 2020, ambos artistas se reunieron para interpretarla juntos en el concierto benéfico Music for the Marsden, celebrado en el O2 Arena de Londres.
Así, aquella sencilla melodía que nació como un himno cristiano en 1931 terminó convirtiéndose, gracias a la sensibilidad de Cat Stevens y la maestría de Rick Wakeman, en una de las canciones más recordadas y queridas de los años setenta, inmortalizada para siempre en Teaser and the Firecat.
.jpg)

Comentarios
Publicar un comentario