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Eric Clapton – “Wonderful Tonight”: La ternura hecha canción
Hay canciones que no buscan asombrar con virtuosismo ni romper moldes estilísticos, sino que se instalan en lo cotidiano y, desde ahí, conquistan. Wonderful Tonight de Eric Clapton es una de esas piezas raras que logran conmover sin necesidad de levantar la voz, como una confesión suave al oído en medio del ruido del mundo.
Compuesta en 1976 y publicada en su álbum Slowhand (1977), Wonderful Tonight tiene una historia tan sencilla como su melodía: Clapton la escribió mientras esperaba a que su pareja de entonces, Pattie Boyd (exesposa de George Harrison), terminara de arreglarse para salir. En lugar de desesperarse, Clapton tomó su guitarra, y en pocos acordes, puso en música uno de los gestos más puros del amor: la contemplación.
Pero detrás de esa escena doméstica se esconde una historia de pasiones cruzadas y encuentros históricos.
La noche que inspiró la canción
En 1971, Paul McCartney compró todos los derechos de autor de Buddy Holly. Gran admirador del músico tejano fallecido en el trágico accidente aéreo de 1959 —el día que se recuerda como “el día que murió la música”—, McCartney no solo preservó su legado creativo, sino que impulsó en 1976 la creación de la Buddy Holly Week, una semana de homenajes y conciertos dedicados a su figura. La primera edición se celebró el 7 de septiembre de ese año, en lo que habría sido el 40º cumpleaños de Holly.
La inauguración se realizó con una elegante comida en el invernadero de Holland Park, en Londres, a la que asistieron figuras como Elton John, Roger Daltrey, miembros de Queen, Denny Laine y, por supuesto, Eric Clapton, acompañado de Pattie Boyd.
En ese entonces, Clapton y Boyd atravesaban una etapa dulce dentro de su complicada relación. Él había estado profundamente enamorado de ella desde su juventud, a pesar de que era la esposa de su amigo George Harrison. Tras la ruptura del matrimonio Harrison–Boyd, Clapton logró conquistarla, y ambos comenzaron una intensa relación que derivó en matrimonio en 1979.
Fue esa misma noche del 7 de septiembre de 1976, mientras se preparaban para ir a la fiesta de McCartney, cuando Clapton escribió Wonderful Tonight. Pattie tardaba en arreglarse, sin decidirse por el vestido ni el peinado adecuado. Clapton, ya listo, bajó al salón y, guitarra en mano, improvisó una melodía. Cuando ella bajó finalmente, preocupada por su tardanza, él la miró y le dijo: “Estás maravillosa esta noche”, y le mostró la canción.
Esa misma noche, tras la fiesta, la completó. Un año después, en noviembre de 1977, la incluyó en Slowhand, y desde entonces se convirtió en uno de los grandes clásicos de su repertorio.
El reflejo de una relación
Musicalmente, la canción es minimalista: una progresión suave de acordes, una guitarra cálida y la voz templada de Clapton. Pero su fuerza radica en la emoción contenida, en el modo en que retrata la cotidianidad del amor —la espera, la mirada, el orgullo silencioso— como si fueran actos sagrados. Es una canción de ternura, pero también de resignación melancólica.
Pattie Boyd contaría años después, en sus memorias, que Wonderful Tonight fue “el recuerdo más conmovedor de todo lo bueno que tuvo su relación con Eric Clapton”, aunque también confesó que, cuando las cosas iban mal, escucharla se volvía una auténtica tortura.
Epílogo
Wonderful Tonight no solo es una balada romántica. Es la fotografía sonora de un momento íntimo, congelado en la memoria. Una de esas canciones que no necesita gritar para ser eterna. Su delicadeza, su sinceridad emocional y la historia que la acompaña la convierten en uno de los grandes himnos del amor… y también de sus sombras.
Porque a veces, lo verdaderamente maravilloso no es la noche en sí, sino lo que uno es capaz de ver en el otro, cuando lo mira con amor.
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