Yes – Tales from Topographic Oceans - “The Remembering (High the Memory)”


 

                                       
                                          “The Remembering (High the Memory)”

          



Tales from Topographic Oceans
es el sexto álbum de estudio de la banda inglesa de rock progresivo Yes, publicado el 14 de diciembre de 1973 en el Reino Unido y el 13 de enero del año siguiente en los EE. UU. Es un álbum doble y conceptual con cuatro canciones, todas rondando los veinte minutos.
 

Yes – Tales from Topographic Oceans: la odisea espiritual del rock progresivo

Lanzado en diciembre de 1973, Tales from Topographic Oceans es, sin duda, uno de los discos más ambiciosos, polémicos y místicos jamás grabados dentro del rock progresivo. Con esta obra, Yes decidió ir más allá de los límites del género, aventurándose en una exploración sonora y conceptual que aún hoy divide opiniones, pero que representa un momento culminante de creatividad desbordante.

En 2002, los lectores de la revista Rolling Stone votaron la portada del álbum, diseñada por Roger Dean, como la mejor de todos los tiempos. Consiguió el cuarto disco de oro de la banda, siendo el primero que lo logra solo por encargos y ya antes de su comercialización. Eso, a pesar de ser muy controvertido en la época de su lanzamiento, ya que fue mal recibido por la crítica, calificándolo como uno de los peores excesos del rock progresivo. 
Así mismo, los fans reaccionaron con opiniones encontradas entre sí sobre si el trabajo se encontraba o no entre los mejores del grupo.

Inspirado por el libro Autobiography of a Yogi de Paramahansa Yogananda, el vocalista Jon Anderson concibió junto a Steve Howe un álbum doble estructurado en torno a los cuatro shastras del hinduismo. Cada una de las cuatro caras del vinilo es una pieza extensa, de alrededor de veinte minutos, que explora distintos aspectos de la búsqueda espiritual, con títulos como The Revealing Science of God o Ritual (Nous sommes du soleil).

Musicalmente, Tales from Topographic Oceans es una sinfonía psicodélica en cuatro movimientos. El virtuosismo instrumental es innegable: Chris Squire con su bajo dominante y melódico, Rick Wakeman tejiendo atmósferas con múltiples capas de teclados, Alan White –recién integrado al grupo– desplegando una percusión rica en matices, y la guitarra de Steve Howe, que transita con fluidez entre el clasicismo, el folk y la distorsión progresiva. Todo ello bajo la dirección espiritual de Anderson, cuya voz actúa más como guía chamánica que como simple narrador.

Tensiones internas: el precio del idealismo

Pero detrás de esa aparente unidad sonora, el grupo vivía un momento de profundas diferencias creativas. La génesis de Tales estuvo marcada por la división entre quienes abrazaban sin reservas la visión mística de Anderson y quienes comenzaban a sentirse alienados dentro de ese universo tan introspectivo y conceptual.

Rick Wakeman fue quien mas manifestó su  desacuerdo. Sentía que el álbum era excesivamente largo, desestructurado y autorreferencial. Según contó en varias entrevistas, durante algunas sesiones de grabación pasaba el tiempo leyendo revistas o incluso pidiendo curry al estudio, desconectado del proceso creativo. Para Wakeman, el disco representaba un alejamiento de la contundencia musical que él valoraba, a favor de una espiritualidad que le resultaba ajena.

Steve Howe, en cambio, estaba profundamente comprometido con la visión de Anderson, trabajando codo a codo con él en la composición y estructura de las piezas. Chris Squire, aunque participó activamente, comenzaba a mostrar ciertas reservas, y Alan White, como recién llegado, se vio inmerso en una dinámica compleja y exigente desde el primer día.

Estas tensiones internas no impidieron que el disco se completara, pero sí dejaron cicatrices. Wakeman abandonó la banda poco después de la gira de Tales, aunque volvería años más tarde. Y en retrospectiva, muchos miembros han reconocido que la ambición del disco superó la cohesión del grupo.

Una obra de culto

Pese a las divisiones –internas y externas– Tales from Topographic Oceans se ha convertido en una obra de culto. Un álbum que no busca complacer, sino desafiar. Una obra que exige tiempo, inmersión y paciencia, pero que también ofrece momentos de una belleza casi trascendental.

“The Remembering (High the Memory)”

Una travesía sonora a través del tiempo y la conciencia

Segundo movimiento del mítico álbum Tales from Topographic Oceans, “The Remembering” es posiblemente la pieza más etérea, atmosférica y meditativa del cuarteto de suites que conforman la obra. Aquí, Yes nos sumerge en un viaje introspectivo, una especie de memoria cósmica que se despliega lentamente a través de capas de sonido y emociones cambiantes.

La pieza comienza con los arpegios suaves y circulares de la guitarra acústica de Steve Howe, generando un ambiente de ensoñación. Esa secuencia inicial es hipnótica, casi como una rueda que gira sin fin. A continuación, entra la voz de Jon Anderson, clara, ligera, casi susurrada, como un narrador que guía al oyente por un bosque de recuerdos antiguos.

Poco después, hacen su entrada los teclados de Rick Wakeman, quienes se suman como un velo sonoro que envuelve la composición en un halo de misterio. Mellotrones y sintetizadores construyen paisajes sonoros ricos en matices, sutiles pero expansivos. Es aquí donde la pieza cobra una dimensión ambiental inusual en la discografía de Yes.

Pero no todo es calma y contemplación: a lo largo de los más de veinte minutos, la canción atraviesa distintos cambios de ritmo y melodía, secciones más movidas se alternan con pasajes contemplativos, y el grupo demuestra su capacidad para modular la energía sin romper la continuidad. Uno de los momentos destacados es la sección vocal que dice “Relayer, all the dying cried before you…”, que aparece casi como una epifanía melódica dentro del flujo musical.

La percusión de Alan White, aunque contenida, contribuye a estas transiciones, y el bajo de Chris Squire actúa como una columna vertebral melódica que guía el curso del tema. El resultado es un tapiz musical que, lejos de ser lineal, respira y se transforma con naturalidad, como si se tratara de un recuerdo que va tomando distintas formas a medida que se profundiza en él.

“The Remembering” es una pieza que no se apresura. Requiere tiempo, disposición y una escucha atenta. Pero para quien se deja llevar, ofrece una experiencia casi trascendental, donde la música y la memoria se funden en un solo gesto.

Cincuenta años después, sigue siendo un reto y un misterio. Y, como toda gran obra, más que respuestas, plantea preguntas.

Yo fui uno de los que compraron el disco y de los que disfruté mucho con él, la verdad es que el disco es denso en su contenido y de difícil escucha al principio pero contiene algunos de los momentos más bellos de la música de Yes .Pienso que hoy en día sería inimaginable un disco de esta complejidad y que sería un auténtico fracaso pero los 70 fueron diferentes , poco después del rock progresivo vino el Punk y acabó con todo , bajo mi punto de vista la etapa más oscura del rock
 Tales from Topographic Oceans es uno de los momentos mágicos de la música del rock progresivo , y merece un sitio de excepción en la historia . por si faltaran excusas, tiene la más bella de todas las portadas que Roger Dean realizó para Yes.





                                               The Revealing Science of God

                

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