Peter Gabriel – OVO: Un viaje sonoro de mitos, modernidad y humanidad
En el año 2000, Peter Gabriel presentó al mundo uno de sus proyectos más ambiciosos y conceptuales: OVO. No se trataba de un disco convencional, sino de una obra musical compuesta para el espectáculo del Millennium Dome Show en Londres, con motivo de la entrada al nuevo milenio. Más allá de su origen escénico, OVO se revela como una experiencia sonora única, profundamente narrativa y cargada de simbolismo, donde la fusión de culturas, épocas y emociones alcanza un nivel pocas veces visto en la música popular contemporánea.
OVO nos cuenta la historia de tres generaciones de una familia ficticia, en un mundo en transformación. Gabriel utiliza esta narrativa como metáfora del conflicto entre la tradición y el progreso, lo ancestral y lo moderno. Pero no lo hace solo: el disco es una colaboración generosa con artistas de diversas latitudes y estilos, incluyendo a Neneh Cherry, Elizabeth Fraser (Cocteau Twins), Richie Havens, y músicos africanos y asiáticos que aportan sus voces e instrumentos tradicionales a esta epopeya multicultural.
Musicalmente, OVO es un caleidoscopio. Peter Gabriel mezcla electrónica, orquestación sinfónica, percusiones tribales, spoken word, rock y world music con una maestría impresionante. Desde la intensidad rítmica de “The Story of OVO” hasta la belleza etérea de “Downside-Up” o la espiritualidad profunda de “Father, Son”, cada pista es una pieza de un mosaico complejo, envolvente, a veces inquietante y siempre cautivador.
“The Time of the Turning”: el umbral del cambio
Una de las piezas más simbólicas del álbum es “The Time of the Turning”, que actúa como un punto de inflexión en la narrativa de OVO. Aquí, Peter Gabriel nos enfrenta al momento crucial en que los personajes —y por extensión, todos nosotros— deben decidir entre permanecer en la seguridad de lo conocido o arriesgarse a lo desconocido para evolucionar.
La canción comienza con una atmósfera melancólica, casi contemplativa, marcada por una instrumentación sobria y la voz introspectiva de Gabriel. A medida que avanza, se sienten ecos de música celta, oriental y clásica, como si muchas culturas hablaran al mismo tiempo sobre el mismo dilema humano.
La letra es una invitación a despertar, a girar el rostro hacia el cambio:
“In the big sky, the turning time…
If the thundercloud passes rain, so must I.”
La metáfora de las nubes y la lluvia nos habla de la inevitabilidad del cambio, pero también de su belleza. La interpretación vocal de Gabriel es sobria pero intensa, cargada de una emoción contenida que revela el peso de la decisión. El tema se une perfectamente con su “reprise” posterior en el disco, “The Time of the Turning (Reprise) / The Weavers Reel”, donde el cambio ya no es solo una posibilidad, sino una realidad en movimiento, llena de fuerza rítmica y celebración.
Hay una sensación de ritual en todo el álbum, como si cada canción fuera una ceremonia que celebra el nacimiento, la muerte, el amor o la revelación. Gabriel no busca respuestas fáciles, sino que plantea preguntas esenciales: ¿hacia dónde vamos como humanidad? ¿Qué dejamos atrás? ¿Cómo se reconcilian los sueños del pasado con los desafíos del presente?
Aunque OVO no tuvo la misma repercusión comercial que otros discos de Gabriel como So o Us, se ha convertido con el tiempo en una joya oculta, valorada por los oyentes más atentos y sensibles. Es un disco para escuchar de principio a fin, con los ojos cerrados y el alma abierta, dispuesto a dejarse llevar por una historia que no se cuenta con palabras, sino con atmósferas, texturas y emociones.
OVO no solo fue un disco para marcar el cambio de milenio; fue una declaración artística sobre el poder de la música como lenguaje universal. Un legado que aún resuena, como un eco del futuro que imaginamos y del pasado que nunca dejamos del todo atrás.
“The Time of the Turning (Reprise) / The Weavers Reel”: del despertar a la acción
Si “The Time of the Turning” representa la toma de conciencia, la reprise junto a “The Weavers Reel” es el momento del salto, cuando la reflexión se convierte en movimiento, en celebración, en vida en marcha.
La sección “Reprise” cuenta con la voz inconfundible de Elizabeth Fraser, conocida por su trabajo en Cocteau Twins. Su timbre etéreo, flotante y lleno de misterio transforma el mensaje introspectivo de la primera parte en una visión más esperanzadora y luminosa. Fraser no canta letras comprensibles en la forma tradicional; su estilo es más bien fonético, emocional, como si la voz se convirtiera en un instrumento más dentro del paisaje sonoro. Ese enfoque convierte su participación en una experiencia sensorial que va más allá de las palabras.
Después de ese momento suspendido en el aire, llega “The Weavers Reel”, una explosión instrumental basada en los ritmos tradicionales del folk celta. Violines, percusiones y una energía contagiosa inundan el espacio, como si el cambio anunciado ya hubiera llegado y la comunidad danzara unida hacia un nuevo amanecer.
Peter Gabriel orquesta este momento con maestría: la unión entre lo ancestral y lo contemporáneo, lo íntimo y lo colectivo, cobra fuerza simbólica en esta transición musical. No se trata solo de un cambio personal, sino de una transformación colectiva, tejida como un tapiz —un "reel de tejedoras"— en el que cada hilo cuenta.
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