Mike Oldfield – Return to Ommadawn





           

Mike Oldfield – Return to Ommadawn
Un regreso íntimo a la esencia

Return to Ommadawn es el álbum de estudio número 26 de Mike Oldfield, siendo una secuela de su tercer álbum Ommadawn. Publicado el 20 de enero de 2017, Oldfield siempre tuvo en mente realizar una continuación de aquella obra de 1975. En realidad, el álbum Amarok fue concebido inicialmente como Ommadawn II, pero con el tiempo tomó su propia dirección artística, alejada de esa idea original.

El 16 de octubre de 2015, Oldfield anunció en Twitter: "continúo trabajando con algunas ideas para 'Un Nuevo Ommadawn' durante la última semana, espero que funcione." Finalmente, el 8 de mayo de 2016, confirmó en su grupo oficial de Facebook que la secuela, con el atractivo título de Return to Ommadawn, ya estaba finalizada.

El álbum fue bien recibido tanto por la crítica como por los medios de comunicación, destacándose como un claro retorno a sus raíces musicales.

En este disco se nota con certeza la vuelta de Oldfield a sus principios. Sus raíces primigenias están sin duda en este Return to Ommadawn. Oldfield no nos engaña con el título del disco: nos avisa claramente de lo que vamos a encontrar dentro de él, la esencia más absoluta del Ommadawn original. Podemos decir sin temor a equivocarnos que es una obra muy digna, llena de virtuosismos instrumentales y preciosismos musicales muy propios del mejor Mike Oldfield.

Return to Ommadawn fue compuesto y grabado casi en solitario, como en los viejos tiempos, en su estudio en Nassau, Bahamas. Allí, alejado de los grandes focos, Oldfield abandonó los experimentos digitales y el enfoque sinfónico de discos más recientes como Music of the Spheres, para volver al lenguaje que lo definió: largas composiciones, divididas en dos partes, ejecutadas con instrumentos reales y tocadas casi exclusivamente por él mismo —guitarras, mandolina, banjo, bouzouki, bodhrán, whistles, teclados—.

El disco se compone de dos movimientos: Return to Ommadawn Part I y Part II, cargados de pasajes envolventes y melódicos, que fluyen como un cuento instrumental lleno de melancolía, belleza y emoción.

Lo más sorprendente de Return to Ommadawn es que no parece un intento nostálgico, sino más bien un ejercicio de honestidad artística. Es un disco que no necesita complacer a nadie salvo a su creador, y eso lo hace aún más valioso. No busca épica, ni exhibición técnica, ni modernidad forzada. Busca belleza, y la encuentra.

En tiempos donde todo parece acelerado y sobre producido, este álbum es una pausa. Un regreso al ritual de escuchar un disco completo, sin interrupciones, dejando que las emociones fluyan como un río tranquilo que conoce bien su curso.

Con este disco, Oldfield nos regala una experiencia sonora íntima y sincera, demostrando que no ha perdido la capacidad de conmover, de crear paisajes emocionales, y de hablar al alma sin necesidad de palabras.






  

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