Puck Fair: El efímero encanto del jazz celta
En el vasto universo de la música folk y sus fusiones, hay nombres que brillan con intensidad aunque su legado sea breve. Uno de ellos es Puck Fair, un proyecto liderado por el flautista irlandés Brian Dunning que, aunque no tuvo una discografía extensa ni una presencia constante en los escenarios, dejó una huella imborrable en los amantes de los sonidos celtas con un toque de jazz. Hoy exploramos la historia de este grupo, su único álbum Fair Play (1987) y cómo su música sigue resonando décadas después.
Orígenes y el alma detrás de Puck Fair
Brian Dunning, nacido en Dublín, es un nombre que resuena entre los conocedores de la flauta como instrumento versátil y evocador. Formado en la prestigiosa Berklee College of Music de Boston gracias a una beca del Irish Arts Council —siendo el primer músico de jazz en recibirla—, Dunning ya traía consigo un bagaje impresionante cuando fundó Puck Fair en 1984. Su paso por Nueva York y su contacto con grandes como James Galway le dieron una base sólida, pero fue su inquietud por explorar más allá de los límites del folk tradicional lo que dio vida a este proyecto.
Puck Fair no fue una banda convencional con una formación fija. En su primera encarnación, se trató más bien de un esfuerzo colaborativo que reunió a músicos excepcionales para un propósito concreto: grabar Fair Play. Entre ellos destacaban Mícheál Ó Domhnaill (guitarra y tin whistle), Billy Oskay (violín y viola) —ambos compañeros de Dunning en Nightnoise—, además de Tommy Hayes en percusiones y Gordon Lee aportando su magia al piano en algunos temas. Este elenco estelar, con raíces profundas en la música celta y una apertura al jazz, creó una obra que se siente como un puente entre mundos.
Fair Play: Una joya de 1987
Lanzado en 1987, Fair Play es el corazón del legado de Puck Fair. Grabado tras la finalización de Something of Time —el primer disco de Nightnoise como cuarteto—, el álbum lleva consigo ecos de ese grupo, pero con una personalidad propia. Mientras Nightnoise se inclinaba hacia atmósferas más etéreas y melódicas, Puck Fair apostó por un enfoque más terrenal, con un jazz suave que se entrelaza con melodías celtas de manera orgánica. La flauta de Dunning, protagonista absoluta, danza entre improvisaciones sutiles y pasajes que evocan paisajes irlandeses, mientras la guitarra de Ó Domhnaill y el violín de Oskay añaden capas de calidez y textura.
El disco no es extenso, pero cada pista está cuidadosamente elaborada. Temas como los que incluyen percusiones de Hayes aportan un pulso rítmico que contrasta con la delicadeza del piano de Lee, creando una experiencia que se siente tanto íntima como expansiva. Es música para escuchar con atención, ideal para quienes buscan algo más que un fondo sonoro: hay una narrativa en cada nota, un diálogo entre tradición y experimentación.
Un legado breve pero perdurable
Tras Fair Play, Puck Fair como proyecto original se desvaneció. Dunning continuó su carrera con Nightnoise y luego exploró otros caminos junto a Jeff Johnson, pero el nombre Puck Fair no volvió a sonar hasta 2008, cuando una nueva formación —sin Ó Domhnaill, fallecido en 2006— lanzó un segundo álbum. Sin embargo, este resurgimiento no tuvo la misma repercusión que el debut, y desde entonces el grupo ha quedado en un segundo plano, casi como un recuerdo nostálgico.
A pesar de su corta trayectoria, Fair Play sigue siendo un tesoro para los aficionados al folk-jazz. Su conexión con Nightnoise lo hace especialmente atractivo para quienes disfrutaron de esa banda, pero su enfoque distintivo lo eleva más allá de ser un simple "proyecto paralelo". Es una muestra de lo que ocurre cuando músicos de primer nivel se reúnen con libertad creativa y sin pretensiones comerciales.
En un mundo donde la música tiende a ser efímera y sobre producida, Puck Fair ofrece un respiro. Fair Play es un álbum que invita a detenerse, a imaginar colinas verdes y pubs llenos de vida, todo mientras el jazz teje su magia en segundo plano. Si te gustan artistas como The Chieftains, Clannad o incluso el trabajo más experimental de Pat Metheny, este disco merece un lugar en tu colección.
Además, la historia de Puck Fair es un recordatorio de que no siempre se necesita una discografía extensa para dejar marca. A veces, un solo álbum bien hecho es suficiente para perdurar en la memoria colectiva. Así que, si tienes un momento, busca Fair Play, ponte cómodo y déjate llevar por la flauta de Brian Dunning. Es un viaje breve, pero inolvidable.


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