Aún sin ser un gran admirador de George Michael, debo decir que en algún momento de mi vida sí que escuché con asiduidad su música. En especial, su disco "Songs from the Last Century", que me llamó la atención por su peculiar concepto: una recopilación de canciones elegidas a través de una votación por internet por sus fans.
Este proceso dio lugar a una selección tan dispar como fascinante, desde el "Roxanne" de The Police, pasando por el clásico "The First Time Ever I Saw Your Face" de Roberta Flack, hasta el emotivo "Miss Sarajevo", original de U2 junto a Luciano Pavarotti.
George Michael, ni corto ni perezoso, se atrevió a reinterpretar estos temas y más. Su esfuerzo no estuvo exento de críticas, ya que algunos consideraron el proyecto demasiado ambicioso o incluso innecesario. Sin embargo, lo que él logró fue crear un disco elegante y cuidadosamente producido, donde su voz se modulaba con maestría para adaptarse a cada canción, impregnándolas de su inconfundible toque personal.
No cabe duda de que "Songs from the Last Century" no es su obra más destacada ni contiene las canciones que lo catapultaron a la fama. Sin embargo, este disco tiene algo especial: versiones que, en su mayoría, merecen ser escuchadas. Es un ejemplo claro de cómo un artista puede explorar nuevos territorios creativos, alejándose de las expectativas habituales.
Roxanne: Una Nueva Perspectiva
La versión de "Roxanne" que George Michael incluyó en este disco es un claro ejemplo de su habilidad para reimaginar canciones clásicas desde un ángulo completamente distinto. Originalmente un tema vibrante de The Police, George Michael la transforma en una balada jazzística lenta, sensual y profundamente emotiva. Su interpretación revela matices oscuros y melancólicos en la letra, que quizás no eran tan evidentes en la versión original.
Con un arreglo minimalista, donde el piano y los suaves instrumentos de viento destacan, George Michael nos invita a redescubrir la historia de "Roxanne" desde una óptica más íntima. Su voz, llena de matices y controlada a la perfección, lleva al oyente a una experiencia casi cinematográfica, donde cada nota parece contar un capítulo de una historia de amor, dolor y redención.
Para mí, este disco fue una experiencia sonora interesante y diferente, un punto de entrada a un lado menos conocido de George Michael, pero igualmente válido. Quizá no cambie la percepción de quienes esperan solo sus grandes éxitos, pero definitivamente tiene momentos que invitan a la reflexión y al disfrute.
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