David Bowie - Blackstar - "I Can't Give Everything Away"

 


           

¿Qué se hace cuando la muerte te acecha? ¿Se sucumbe al miedo o se responde con arte? Para David Bowie, la respuesta fue clara: Blackstar . Este disco,  fue su obra final, un testamento musical que desafió el tiempo y la muerte misma. Bowie no solo creó un álbum, sino un legado imborrable que brilló intensamente incluso en sus días más oscuros.
Crear un álbum sabiendo que los días están contados es una tarea titánica, un desafío que pocos artistas han enfrentado con la valentía y la maestría de David Bowie. Blackstar y su emblemática canción "Lazarus" no solo representan el pináculo de su carrera, sino también un testimonio de su inquebrantable espíritu creativo ante la inminente despedida.
Cuando Bowie supo que su tiempo era limitado, decidió confrontar la muerte de una manera única y profundamente personal. En sus propias palabras, "Me voy a morir… Sé que faltan unos meses para el final de mi experiencia terrenal…". En lugar de sucumbir al miedo o la desesperación, eligió desafiar a la muerte a través de su arte, convirtiendo su dolor y su conciencia de finitud en una fuente inagotable de inspiración.
 Con la fecha de lanzamiento fijada estratégicamente para el 8 de enero de 2016, coincidiendo con su 69º cumpleaños, Bowie se sumergió en la creación de Blackstar. Trabajó incansablemente, día y noche, perfeccionando cada nota, cada letra, cada acorde. "No quiero que mi cara entrevea la muerte que, burlándose, está segando mi cuerpo sin que yo pueda defenderme… Pero te desafío, muerte… ¡a la mierda si no te desafío!" Estas palabras encapsulan la determinación de Bowie de dejar una marca imborrable antes de partir.
         

"Lazarus" no es solo una canción; es una declaración de intenciones. Inspirada en la figura bíblica que resucitó de los muertos, Bowie reinterpreta este mito para reflejar su propia lucha y aceptación de la muerte. "¿Qué puedes hacer, muerte contra mi eternidad, mi genio, mi locura, mi creatividad, mi música que vivirá para siempre?" Con esta letra, Bowie no solo afirma su legado, sino que también transmite una sensación de liberación y trascendencia.
A través de Blackstar y "Lazarus", Bowie logró transformar su despedida en una obra de arte que sigue resonando en generaciones futuras. "Soy Lázaro, rasgado por las cicatrices, moriré en el cuerpo, pero viviré para siempre a través de mi música." Estas palabras reflejan una comprensión profunda de la mortalidad y una celebración de la capacidad del arte para trascender el tiempo y la muerte.
El lanzamiento de Blackstar y "Lazarus" marcó un cierre poético y poderoso para la carrera de uno de los artistas más influyentes de la música moderna. Bowie no solo enfrentó su propia mortalidad con gracia y creatividad, sino que también dejó un legado que continuará inspirando a artistas y fans por igual. Su mensaje es claro: la verdadera inmortalidad reside en la capacidad de tocar almas y corazones a través del arte, desafiando así a la muerte y asegurando que su espíritu perdure eternamente.

       

Más allá de "Lazarus", Blackstar es una obra experimental, oscura y profundamente introspectiva. Canciones como la épica "Blackstar" y la emotiva "I Can't Give Everything Away" son confesiones personales que combinan jazz, rock y una atmósfera única que solo Bowie podía crear. 
El disco no es solo una despedida; es una invitación a reflexionar sobre la vida y el arte, una exploración de lo que significa ser humano frente a lo inevitable. En palabras de Bowie, "Viví lo suficiente como para recibir los deseos de cumpleaños feliz. Pensé que no podría ver mi álbum publicado… sobreviví el 8 de enero… ¡y tú, mi querido asesino, perdiste!" Con Blackstar, Bowie no solo ganó su batalla personal contra la muerte, sino que también nos regaló una obra maestra que seguirá brillando en el firmamento musical por siempre.



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