Flamingos es uno de los álbumes más icónicos de Enrique Bunbury, lanzado en 2002. Este disco marcó un punto de inflexión en su carrera, combinando rock, cabaret y toques de música electrónica en un estilo único que consolidó su estatus como uno de los artistas más versátiles e innovadores del panorama musical en español.
Flamingos es un álbum ecléctico y emotivo, lleno de letras intensas que exploran temas como el amor, la pérdida, y la redención.
Dentro de este disco, la canción " Hermosos y Malditos" ocupa un lugar especial. A diferencia de lo que podría sugerir el título, que evoca figuras literarias o personajes míticos, esta canción está dedicada a un héroe muy real: Perico Fernández, campeón mundial de boxeo y paisano de Bunbury.
Nacido en Zaragoza, como el propio Bunbury, Perico Fernández alcanzó la gloria en el mundo del boxeo durante los años 70, convirtiéndose en un símbolo de lucha y superación personal.
La canción rinde homenaje a la vida de Perico Fernández, un hombre que, como muchos otros campeones, conoció tanto el éxito como la decadencia.
A través de " Hermosos y Malditos", Bunbury captura la dualidad de un personaje que, a pesar de sus triunfos en el ring, enfrentó numerosas batallas fuera de él, luchando contra las adversidades que vinieron con la fama y los problemas personales.
La letra de la canción refleja esta mezcla de gloria y tragedia, destacando el lado humano de un campeón que, aunque pudo estar caído, nunca dejó de ser una figura admirada y querida.
" Hermosos y Malditos" es un tributo sentido y emotivo a Perico Fernández, encapsulando la admiración de Bunbury por su compatriota y amigo, y añadiendo una capa de profundidad y realidad a la narrativa del álbum Flamingos. Esta canción se ha convertido en un testamento del respeto de Bunbury hacia aquellos que, como Perico, encarnan la lucha y la resiliencia, mostrando que detrás de cada campeón, hay una historia de luces y sombras.
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