David Bowie - "Blackstar"- "Lazarus"





        


       


       


David Bowie
, fue una de esas figuras que se adentran en nuestras vidas, dejándonos una huella imborrable. Sus canciones, sus letras, su estética revolucionaria; Bowie es un artista que llevo dentro sin entender del todo por qué, aunque quizás sea por las melodías que nos regaló como un legado musical atemporal. Desde mi más temprana juventud, las composiciones de Bowie se convirtieron en una banda sonora única, un viaje musical que me acompañó en cada etapa de mi vida. Tal vez, ese magnetismo se deba a la autenticidad de su expresión artística, la capacidad de reinventarse y desafiar las convenciones.
 Bowie no solo era un músico; era un icono estético y un maestro en la amalgama de la música y la imagen. La noticia de su fallecimiento en enero de 2016, a los 69 años, a raíz de su valiente batalla contra el cáncer, resonó como un eco de tristeza en el mundo. Sus perfiles en redes sociales anunciaban su partida, dejándonos con un vacío imposible de llenar.
 David Robert Jones, conocido como David Bowie, había partido, pero su legado seguía latente en cada acorde y en cada palabra de sus canciones. 
 Su último álbum, "Blackstar", lanzado pocos días antes de su fallecimiento, ahora revela su tono oscuro y premonitorio. Con solo siete canciones, el álbum está plagado de referencias a la muerte, como si Bowie estuviera insinuando el trágico desenlace que se avecinaba. 
El sencillo "Lazarus" se convierte en una especie de mensaje desde el más allá, donde el narrador, como un fantasma, comparte su perspectiva desde el cielo. "Mirad hacia arriba, estoy en el cielo, tengo cicatrices a la vista, tengo drama, puede robarse, todo el mundo me conoce ahora", canta Bowie en "Lazarus". El tono agónico y las metáforas sugieren una despedida, un adiós que se esconde entre las líneas de la canción. En retrospectiva, su despedida fue un acto artístico, una manera de enfrentar la inevitable despedida con la misma valentía con la que vivió. 
Su influencia y su capacidad para transmitir emociones complejas perduran, recordándonos que, aunque físicamente ya no esté, su arte es un regalo eterno. "Blackstar" se convierte así en un testimonio musical que va más allá de la muerte, una obra maestra final que subraya la profundidad intelectual y emocional que caracterizó la carrera de Bowie
Aunque nos dejó, su legado perdura en cada acorde, recordándonos que las leyendas nunca mueren, simplemente se transforman en un eco eterno. Y como Manolo García expresó de manera sencilla pero profunda en su canción solo podemos decirte : Gracias, David Bowie. Tu música sigue siendo nuestro refugio, nuestra inspiración y, sobre todo, un recordatorio de que la creatividad y la autenticidad trascienden el tiempo.






 




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