Después del éxito de su álbum debut homónimo, Dire Straits regresó con Communiqué, un álbum que consolidó su estilo y sonido característicos. Grabado en los estudios Compass Point en las Bahamas y producido por Jerry Wexler y Barry Beckett, el disco continuó explorando las narrativas urbanas y los estilos musicales diversos que habían definido su primer trabajo.
"Lady Writer" destaca por sus letras intrigantes y narrativas, algo que se ha convertido en una marca registrada de Mark Knopfler. La canción se inspira en una escritora femenina que Knopfler vio en la televisión, reflejando sus pensamientos y sentimientos sobre la observación casual de su vida:
es de destacar la capacidad de Mark para capturar una escena cotidiana y convertirla en una historia envolvente y poética.
Uno de los aspectos más notables de "Lady Writer" es el distintivo punteo de guitarra de Mark Knopfler.
Su técnica de fingerpicking y el tono claro y preciso de su Fender Stratocaster crean un sonido que es a la vez melódico y rítmico.
La guitarra de Knopfler se destaca no solo por su habilidad técnica, sino también por su capacidad para transmitir emociones y complementar las letras de la canción.
El punteo de Mark Knopfler en "Lady Writer" es un ejemplo perfecto de su estilo único. Utiliza técnicas como el fingerpicking, donde toca las cuerdas con los dedos en lugar de una púa, lo que le permite un mayor control y matización del sonido. Esta técnica, combinada con su uso de acordes y frases melódicas, crea una textura rica y compleja que es inmediatamente reconocible.
Knopfler también es conocido por su uso del vibrato y el bending, que añaden expresión y profundidad a sus solos.
En "Lady Writer", estos elementos están presentes, creando una sensación de fluidez y dinamismo que impulsa la canción hacia adelante.
"Lady Writer" fue bien recibida tanto por críticos como por sus seguidores, destacándose como uno de los temas más fuertes de Communiqué. Aunque no alcanzó el mismo nivel de popularidad que algunos de los otros éxitos de Dire Straits, la canción ha perdurado como un favorito entre los seguidores de la banda y un testimonio del talento de Knopfler como compositor y guitarrista.
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