Chicago - Chicago VI - "Feelin' Stronger Every Day"

            

  Chicago es, junto con Blood, Sweat & Tears (BS&T), la banda más representativa, y la más exitosa en términos comerciales de lo que se dieron en llamar Big Bands de Rock. Se fundó en la ciudad de su mismo nombre, en 1967, aunque inicialmente se denominó "Chicago Transit Authority", nombre que debieron recortar por problemas jurídicos con la autoridad de transporte público de la ciudad. 
 Chicago fue una de las primeras bandas que empecé a escuchar en mi tierna juventud, y desde entonces me ha acompañado con su calidad incomparable. Era como una pequeña big band con un sonido arrollador, capaz de mezclar rock, jazz y baladas de una manera que pocas bandas podían lograr. 
La sección de metales que poseían era extraordinaria, y el talento que mostraban en cada uno de sus discos era simplemente descomunal. Recuerdo que los primeros discos de Chicago, que llevaban el nombre de la banda seguido de un número, eran una delicia para los oídos. 
El primer disco de Chicago que me compré fue el Chicago VI, que curiosamente era el quinto disco con el nombre de Chicago, ya que el primero fue lanzado como Chicago Transit Authority
En aquellos momentos, Chicago era un grupo con un nombre sólido, dominando las ondas de radio con un rock conmovedor lleno de influencias de jazz y baladas que derriten el corazón. 
 Aunque el Chicago VI no es considerado uno de sus mejores discos, contenía temas magníficos. Uno de los que mejor recuerdo me ha dejado es el soberbio "Feelin' Stronger Every Day", coescrito por Peter Cetera y James Pankow.

"Feelin' Stronger Every Day" es una de esas canciones que te dejan sin aliento, una obra maestra en la que cada una de sus partes brilla con luz propia. Lo que comienza como una típica canción rockera, con una vibra inspiradora y un ritmo casual, rápidamente se convierte en algo mucho más majestuoso.
 Desde el principio, sientes que "Feelin' Stronger" está destinada a llevarte en un viaje musical inolvidable. A medida que la canción avanza, aproximadamente a la mitad, acelera y se transforma en un traqueteo magnífico, marcando el comienzo de algo realmente sublime. Los trompetas irrumpen con fuerza, acompañadas por tambores que parecen galopar descontroladamente, mientras los frenéticos ritmos añaden una intensidad arrolladora.
 Esta canción es un verdadero himno de superación, con una energía imparable que te llena de optimismo desde la primera nota. Es una de esas canciones que, cada vez que la escuchas, te inyecta una dosis de fuerza y positividad, algo que siempre he admirado de la música de Chicago.



 

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